14 años al servicio del paciente trasplantado

Fue en 2003 cuando la unidad de trasplante de médula ósea inició su funcionamiento en el Hospital Pablo Tobón Uribe. Desde ese año hasta hoy se han atendido pacientes adultos y pediátricos con patologías que requieren trasplante de células progenitoras hematopoyéticas.

Un programa que cumpliera con la norma ISO 9000, la documentación de 16 guías para el manejo de pacientes con trasplante de médula ósea y la creación del Manual de información sobre trasplante de progenitores hematopoyéticos fueron los primeros pasos para darle vida a la unidad de trasplante de médula ósea del Hospital.

La misma que hoy está conformada por un equipo de trabajo interdisciplinario: enfermería, hematología de adultos y pediátrica, oncología pediátrica, psicología, trabajo social, nutrición, terapia ocupacional y banco de sangre, todos calificados y formados en competencias para la atención de estos pacientes.

Precisamente, a finales del año 2003, cuando apenas comenzaba la unidad se realizaron tres de estos procedimientos, el primero de ellos en un paciente de 32 años con diagnóstico de mieloma múltiple estadio IIIB, el grado más avanzado para esta enfermedad, con una sobrevida a un año si no se hacía trasplante. Desde ese momento hasta hoy han sido múltiples los procedimientos hechos en pacientes que así lo requieren, tanto niños como adultos.

Por eso, pensando en mejorar la atención, el Hospital contempló dentro de su plan de desarrollo integral aumentar la capacidad física de la unidad de trasplante de médula ósea y crear una más para el tratamiento de leucemias agudas. De esa manera, sería posible aumentar la cobertura de pacientes que requerían un trasplante y proporcionar a aquellos con leucemia habitaciones en condiciones de ambiente altamente protegido, para disminuir al máximo el riesgo de infecciones oportunistas y potencialmente mortales.

La nueva unidad cuenta con un área de 358.49 metros cuadrados, siete camas adicionales a las cinco con las que contaba previamente, todas con adecuaciones importantes como filtros HEPA y presión positiva para que los pacientes permanezcan en un ambiente protegido de infecciones oportunistas por su estado de inmunosupresión.

El crecimiento de la unidad también requirió dotación en equipos biomédicos, de tecnología de la información tanto para el personal como para los pacientes, insumos, material médico quirúrgico y otros equipos necesarios para asegurar el proceso de atención.

De igual forma, se aumentó el número de profesionales en enfermería especializada en manejo oncológico, secretarias y ayudantes de servicios, todo esto con el fin de asegurar el entrenamiento y capacitación del personal en el proceso de trasplante de médula ósea.

Toda esta ampliación representa un crecimiento del 300% de la capacidad instalada, requiriendo así el fortalecimiento del proceso de contratación para contar con una ocupación completa de las instalaciones.

 

Lena Balaguera
Enfermera Jefe de Servicio Privado